DETERMINANTES ESTRUCTURALES DE LA SOBREEXPLOTACIÓN DEL TRABAJO FEMENINO EN VENEZUELA



En el artículo se puede observar la disparidad que existe entre el hombre y la mujer en relación al mercado de trabajo, así como también surgen una serie de opiniones que más allá de ser simplemente comentarios feministas, pudiesen ser reflexiones sobre la diversidad de culturas en Latinoamérica y el mundo entero. Con el pasar de las décadas la sobreexplotación del trabajo ha sido altamente observada y analizada, el género femenino siempre ha estado clasificado por ser el que desarrolla el trabajo manual o fácil, el trabajo doméstico o asistencial; la mujer para lograr un trabajo “digno” o que se ajuste a sus condiciones femeninas ha tenido que esforzarse el doble o el triple de lo que se puede esforzar el hombre. Si bien es cierto que se habla tanto de una economía como de una sociedad periférica (que no es más que una economía o sociedad subdesarrollada) no hay que dejar a un lado las mentes individualizadas y cerradas que mantienen esta periferia. Los trabajos que realiza o que puede realizar una mujer han sido altamente descalificados y desvalorizados tanto humanamente como económicamente. Estas labores se encuentran ubicadas en los trabajos donde se recibe poca remuneración, consecuencia de que las mismas mujeres que poseen profesiones iguales que los hombres, no puedan desarrollarse en el ámbito para el cual han sido formadas y así lleguen a desenvolverse en otras áreas. No conforme con esto, la pelea por un puesto formal obliga a la mujer a tener estudios superiores y experiencia en un área determinada que un hombre puede ocupar sin mayor sacrificio. Sin embargo, resultaría absurdo decir que el manejo de personal o de otras acciones propias de la Administración, la educación , entre otras actividades "dignas de la mujer" no requieren de mayor análisis ante la complejidad de diseñar y desarrollar un software, pero trabajar en un área donde se atiende al público requiere de un dominio total, físico-mental de igual complejidad o mayor aún, pues las leyes de las ciencias exactas requieren ser desarrolladas y una vez analizadas son científicamente comprobadas y universalmente aceptada.
Una consecuencia de todo esto, es el hecho de que las mujeres por ser mujeres optan por los trabajos fáciles, en mercados informales, con niveles educativos sencillos y poco complejos, donde se desarrollan cómodamente pero con menores reconocimientos económicos. Es por ello que la mujer venezolana, ha sido vista y lo seguirá siendo, de seguir continuando con las mentes cerradas y con bajas autoestimas, incapaz de adquirir obligaciones o labores que se requieren de un alto intelecto.


Para las cosas grandes y arduas se necesitan combinación sosegada, voluntad decidida, acción vigorosa, cabeza de hielo, corazón de fuego y mano de hierro.
Jaime Balmes,
Sacerdote, Filósofo y Periodista EspañoL

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